Google sufrió uno de sus mayores reveses esta semana, cuando un alto tribunal europeo confirmó una sentencia por la que se consideraba que había infringido las normas de competencia y le impuso una multa récord de 4,100 millones de euros, en una medida que puede animar a otros reguladores a aumentar la presión sobre el gigante.
La unidad Alphabet de Google había impugnado una sentencia antimonopolio de la UE, pero la decisión fue ampliamente confirmada por el Tribunal General de Europa, y la multa se redujo modestamente de 4,340 a 4,125 millones de euros.