El grupo afirma que este marisco, ya no puede considerarse una comida libre de culpa.
La langosta norteamericana puede ser un delicioso y amado derroche, pero ya no es una opción de marisco sostenible y los consumidores deberían evitar comerla, según Seafood Watch, un grupo que supervisa cómo se capturan los peces y otros mariscos de los océanos del mundo.
La organización hizo el anuncio motivada por la preocupación de que las cuerdas utilizadas para pescar langostas y algunos otros mariscos a menudo enredan a las ballenas del Atlántico Norte, en peligro crítico de extinción.
La población de este mamífero marino se ha reducido a unos pocos centenares, y las autoridades federales de la fauna silvestre dicen que se enfrenta a la extinción en un futuro próximo.