El hecho de que Estados Unidos se vea obligado a advertir a Rusia públicamente, y en términos más estridentes en privado, que no utilice armas nucleares es una muestra de lo peligrosa que se ha vuelto la batalla por Ucrania.
Ante la creciente presión política en su país, el aislamiento en el extranjero y las humillaciones en el campo de batalla, el presidente ruso Vladimir Putin intensificó su política nuclear la semana pasada al advertir que podría utilizar todos los sistemas de armamento disponibles si consideraba amenazada la integridad territorial de Rusia.
El asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, lanzó una advertencia pública a Putin: “Si Rusia cruza esta línea, habrá consecuencias catastróficas para Rusia. Estados Unidos responderá con decisión”, dijo Sullivan.