Durante años, los futuristas de Silicon Valley pensaban que la inteligencia artificial y la automatización eran el fin de los obreros. Decían que los conductores de camiones, los cajeros y los mozos de almacén perderían sus empleos a manos de los robots, mientras que los trabajadores de campos creativos como el arte, el entretenimiento y los medios de comunicación estarían a salvo.

Pues bien, hace poco ocurrió algo inesperado: La inteligencia artificial entró en la clase creativa.

En los últimos meses, generadores de imágenes basados en la Inteligencia Artificial como DALL-E 2, Midjourney y Stable Diffusion han hecho posible que cualquiera pueda crear imágenes únicas e hiperrealistas con sólo teclear unas palabras en un cuadro de texto.

Estas aplicaciones, aunque nuevas, son ya asombrosamente populares. DALL-E 2, por ejemplo, cuenta con más de 1.5 millones de usuarios que generan más de dos millones de imágenes cada día, mientras que el servidor oficial de Discord de Midjourney tiene más de tres millones de miembros.