En los últimos días, una flotilla de buques cisterna que transportan gas natural licuado ha estado estacionada en un embotellamiento marítimo frente a la costa de España, a la espera de descargar su preciosa carga para la red eléctrica europea. En Finlandia, donde los sofocantes baños de sauna son un pasatiempo nacional, el gobierno insta a amigos y familias a tomar saunas juntos para ahorrar energía.

Ambos esfuerzos son emblemáticos de las medidas que está tomando Europa para aumentar el suministro de energía y conservar el combustible antes de un invierno sin gas ruso.

La táctica del Presidente de Rusia, Vladimir V. Putin, de convertir la energía en un arma contra los países que apoyan a Ucrania ha producido una sorprendente transformación en la forma en que Europa genera y ahorra energía. Los países se están uniendo para comprar, pedir prestado y construir suministros de energía adicionales, al tiempo que impulsan importantes programas de conservación que recuerdan la respuesta a la crisis del petróleo de la década de 1970.