El fuerte mercado laboral de los últimos tiempos está dando un empujón a un grupo que suele quedar al margen de la economía: los trabajadores con discapacidad.

Los empresarios, desesperados por encontrar trabajadores, están reconsiderando los requisitos de los puestos de trabajo, revisando los procesos de contratación y trabajando con grupos sin ánimo de lucro para reclutar a candidatos que antes habrían pasado por alto. Al mismo tiempo, la nueva apertura de las empresas al trabajo a distancia ha dado lugar a oportunidades para las personas cuyas discapacidades dificultan o impiden el trabajo en persona y los agotadores desplazamientos diarios que éste requiere.

Como resultado, el porcentaje de adultos discapacitados que trabajan se ha disparado en los últimos dos años.