Qatar lleva 12 años preparándose para acoger la Copa del Mundo de fútbol, un maratón de planificación y paciencia durante el cual ha rediseñado toda una nación construyendo estadios y hoteles, carreteras y aceras, e incluso un nuevo y reluciente sistema de metro.
Sin embargo, no fue hasta el viernes cuando finalmente se decidió qué hacer con la venta de cerveza durante el torneo, y su decisión fue prohibir su venta en los ocho estadios del evento.
Desde que a Qatar se le concedieron los derechos de organización de la Copa del Mundo hace más de una década, los organizadores locales y los dirigentes del fútbol mundial habían insistido en que la cerveza estaría a disposición de los aficionados.
Sin embargo, días antes del primer partido del evento, ese mensaje cambió.