Puede que el Brexit esté en los libros de historia, pero el “Bregret”, como lo han llamado los periódicos británicos, vuelve a estar en el aire.
La causa del remordimiento es clara: la crisis económica de Gran Bretaña, que es la más grave en una generación y peor que las de sus vecinos europeos. No todos los problemas se deben al Brexit, pero la controvertida relación comercial de Gran Bretaña con el resto de Europa desempeña indiscutiblemente un papel.
Esto lo convierte en un blanco fácil para un público ansioso que busca algo a lo que culpar.
La última erupción de este interminable drama comenzó la semana pasada con una encuesta de opinión que mostraba que el apoyo al Brexit había caído a su nivel más bajo.
Sólo el 32% de los encuestados por la empresa YouGov dijo que pensaba que dejar la Unión Europea era una buena idea; el 56% dijo que era un error.