La frecuente escasez de medicamentos en Estados Unidos pone en riesgo la salud -y la vida- de los pacientes.
Se supone que Estados Unidos, el país más rico del mundo y el que más productos farmacéuticos fabrica, no debería quedarse sin medicamentos. Y, sin embargo, lo hace, todo el tiempo.
Sólo en las últimas semanas, se ha informado de la escasez de amoxicilina y Tamiflu en medio de un aumento de las infecciones respiratorias.
En todo el sistema sanitario hay escasez de medicamentos para tratar todo tipo de afecciones. Hay escasez de Adderall. En los últimos años ha habido escasez de suero fisiológico, morfina y medicamentos contra el cáncer.
Las razones de la escasez suelen ser las mismas en todos los casos: escasez de materias primas o problemas en la planta donde se fabrica el medicamento. Por eso, si hay un problema en la fábrica de una empresa, no es fácil aumentar la producción para compensar la escasez. Y suelen ser baratos, lo que significa que las empresas que los fabrican no tienen un gran incentivo económico para producir un exceso de suministro.