Según el borrador de las directrices de la agencia, los pacientes que estén pensando en someterse a una cirugía de remodelación de la córnea para corregir la visión deficiente deberían saber que pueden sufrir visión doble, sequedad ocular, dificultades para conducir de noche y, en casos excepcionales, dolor ocular persistente.
Las advertencias sorprenderían probablemente a más de medio millón de estadounidenses que se someten a Lasik cada año, muchos de los cuales consideran el procedimiento seguro y habitual.