Todos debemos aprender a controlar el estrés en nuestra vida, ya que de no hacerlo podríamos padecer enfermedades como insuficiencia cardíaca, depresión y hasta diabetes.
Pero hay una enfermedad que se activa por vivir con mucho estrés: la culebrilla.
La culebrilla, también llamada herpes zóster, es causada por el mismo virus de la varicela, que permanece en nuestro cuerpo desde la niñez y durante muchos años no ocasiona malestar alguno, hasta que se activa y reaparece como “culebrilla”.
La culebrilla es una infección viral que causa un sarpullido doloroso y en el largo tiempo puede causar dolor neuropático (en los nervios de la zona afectada). Esta erupción viene acompañada de pequeñas ampollas durante 15 a 30 días. El 33% de la población padecerá de este virus en algún momento de la vida.
Generalmente, la culebrilla aparece como una franja irritada a un lado del pecho o de la espalda, pero puede aparecer en cualquier lugar del cuerpo y cara.
Los síntomas de la culebrilla:
• Sensibilidad al tacto.
• Fiebre.
• Sensibilidad a la luz.
• Cefalea.
• Cansancio extremo.
• Ampollas llenas de líquido.
• Manchas rojas en la piel.