Vientos huracanados, nieve torrencial y temperaturas bajo cero provocados por un “ciclón bomba” que se extiende a lo largo de unos 3,000 kilómetros han dejado sin suministro eléctrico desde Texas hasta Maine.
Las autoridades ordenaron retirar los coches de las carreteras, los policías estatales repartieron mantas a los automovilistas varados y millones de personas vieron arruinados sus planes de viaje para las vacaciones.
Al menos ocho personas han muerto en accidentes de tráfico que, según las autoridades, están probablemente relacionados con la tormenta en Kentucky, Kansas, Ohio y Oklahoma.