El hogar medio estadounidense desperdicia casi un tercio de los alimentos que compra y según los expertos, ese desperdicio es responsable del doble de las emisiones de gases de efecto invernadero que la aviación comercial.
Como en la mayor parte del país, tirar comida a la basura en Ohio es perfectamente legal.
Así que la Autoridad de Residuos Sólidos de Ohio Central ha tenido que probar una táctica diferente: la persuasión.
Es una de las pocas agencias que ha medido la eficacia de su campaña de concienciación pública, centrada en cuestiones de bolsillo.
Hasta ahora, sus esfuerzos parecen estar dando resultado. En 2021, el 51% de los residuos de la región se desviaron del vertedero y fueron “recalentados”.