Estados Unidos planea aceptar hasta 30,000 migrantes por mes de Cuba, Nicaragua, Haití y Venezuela bajo un programa combinado con la expulsión de personas de esos países atrapados en la frontera entre Estados Unidos y México, dijeron funcionarios de la administración de Biden.
La nueva política será una expansión del programa de aceptación de inmigrantes venezolanos a través de un patrocinador estadounidense, que según las autoridades ha sido “exitoso”.
Mientras tanto, Estados Unidos continuará expulsando a todos los que encuentre en la frontera bajo el Título 42. “El nuevo programa de entrada legal que estamos anunciando hoy es generoso, pero al mismo tiempo habrá consecuencias nefastas para aquellos que intenten eludir eso”, dijeron los funcionarios.
Los migrantes que sean expulsados por intentar entrar de esa manera no podrán volver a solicitar la entrada a Estados Unidos durante cinco años.
El anuncio es que el programa para venezolanos se ampliará para cubanos, haitianos y nicaragüenses a un total de 30,000 migrantes mensuales entre los cuatro países. Al mismo tiempo, 30,000 migrantes de esos países que intentan cruzar la frontera serán devueltos a México.
Para ser elegible, una persona debe tener un patrocinador en los EE. UU. y pasar los requisitos de seguridad si se aprueba. Posteriormente, podrá viajar a Estados Unidos en avión y vivir y trabajar legalmente en el país durante dos años.
Los funcionarios explicaron que todo esto se basa en el éxito del programa lanzado para los venezolanos en octubre, que logró reducir en un 90% la cantidad de venezolanos que llegan a la frontera.
“El mensaje es claro: aquellos interesados en emigrar a los Estados Unidos deben quedarse donde están y presentar su solicitud a través de este proceso nuevo y acelerado”, dijeron los funcionarios.
Las personas que crucen a Panamá y México no serán elegibles para este programa.
Los funcionarios también dijeron que la administración de Biden continuará canalizando recursos y ampliando los esfuerzos para administrar de manera segura la frontera y detener las redes de contrabando que se aprovechan de los migrantes vulnerables mientras esperan sus procedimientos de inmigración.
Esos esfuerzos incluirán la contratación y el despliegue de más agentes fronterizos para unirse a los 23,000 que ya participan en la seguridad fronteriza.