Cuando comenzó la pandemia de covid, se nos advirtió de que llevar la cara tapada, desinfectar todo y mantenernos alejados de otras personas eran algunas de las formas de protegernos de esta enfermedad potencialmente mortal.
Afortunadamente, se estaba trabajando en una forma de protección más eficaz. Los científicos estaban desarrollando nuevas vacunas a gran velocidad: en enero secuenciaron el virus del covirus y en marzo empezaron los ensayos clínicos de vacunas con ARN mensajero. Los esfuerzos de vacunación despegaron en todo el mundo a finales de 2020.
En la acutalidad, ya se han administrado más de 670 millones de dosis de estas vacunas en Estados Unidos. Aunque las primeras vacunas de ARN mensajero aprobadas son contra el coronavirus, se están estudiando vacunas similares contra otras enfermedades infecciosas, como la malaria, el VIH, la tuberculosis y el zika, e incluso podrían ayudar a tratar el cáncer.