En unas pocas comunidades del mundo, la gente vive mucho y bien, hasta los 100 años o más. Denominadas “zonas azules”, sus habitantes comparten un entorno y un estilo de vida comunes que, según los científicos, contribuyen a su longevidad.
La isla italiana de Cerdeña fue el lugar donde se estudió uno de los primeros grupos de centenarios; pronto se descubrieron personas longevas similares en Ikaria (Grecia), Okinawa (Japón), Nicoya (Costa Rica) y Loma Linda (California).
Los habitantes de las zonas azules pasean, cultivan un huerto y montan en bicicleta como parte de su vida cotidiana. Están cerca de sus amigos y familiares, tienen un propósito en la vida, manejan bien el estrés y suelen pertenecer a un grupo social o religioso. Siguen una dieta basada en plantas y dejan de comer antes de saciarse.
El patrón alimentario de la zona azul consiste en un 98% de alimentos de origen vegetal, integrales y ricos en carbohidratos. Pero sólo carbohidratos complejos, no los simples, como los aperitivos salados, las chocolatinas y los refrescos. Los alimentos más saludables de nuestro sistema alimentario son los carbohidratos complejos.