Incluso después de someterse a pruebas y operaciones básicas, los pacientes a menudo necesitan que alguien les acompañe a casa. Para las personas mayores, puede ser una tarea difícil.
Personas mayores de todo el país describen esfuerzos igualmente enloquecedores para encontrar acompañantes “de puerta a puerta” para intervenciones quirúrgicas ambulatorias y revisiones que implican anestesia, especialmente si los centros exigen que esos acompañantes permanezcan en las instalaciones hasta el alta del paciente.
Los médicos explican que los requisitos de puerta a puerta son una medida de seguridad. Con una colonoscopia, por ejemplo, los pacientes suelen recibir un anestésico, como el propofol, o un narcótico como Demerol o fentanilo, combinado con ansiolíticos como Versed o Valium.