La pandemia cambió muchas cosas en nuestra forma de interactuar con el mundo y, aunque algunos cambios han llegado y se han ido, otros han llegado para quedarse.
¿Un ejemplo? Los códigos QR en los restaurantes.
En 2019, unos 52.6 millones de usuarios de smartphones estadounidenses escanearon un código QR al menos una vez, según Business Insider.
Para 2022, ese número se disparó a 83.4 millones.
Los que odian los QR están lejos de ser la minoría. Según una encuesta, el 88% de los comensales prefiere los menús en papel.
Los códigos, que hace unos años parecían haber desaparecido como el fax, se encuentran ahora en vallas publicitarias, tiendas, invitaciones de boda e incluso en los anuncios de la Super Bowl.
Pero en ningún sitio son más omnipresentes que en los restaurantes, donde los menús sin contacto ahorran dinero y tiempo al no tener que limpiarlos entre uso y uso y al no tener que reimprimir las actualizaciones.