Cómo evitar los problemas más comunes al amamantar

Cómo evitar los problemas más comunes al amamantar

El mejor alimento para los recién nacidos es la leche materna.

La Organización Mundial para la Salud (OMS), considera que debería ser el único alimento que los bebés deben consumir durante los seis primeros meses de vida, y a partir de ese momento, se empiezan a introducir en su dieta otro tipo de alimentos hasta los 2 años de edad.

La leche materna tiene muchísimos beneficios: aumenta el sistema inmune, protege contra la diarrea, disminuye el riesgo de sufrir sobrepeso y obesidad en el futuro, reduce el riesgo de infecciones y malnutrición y protege a los recién nacidos de la neumonía.

Desafortunadamente, algunas madres no pueden alimentar a sus hijos por diferentes motivos.Aquí te contamos cuales son los más comunes y cómo prevenirlos:

  • Producción insuficiente: Cuando se pierde mucha sangre durante el parto, la presencia de fragmentos retenidos de placenta, los desórdenes hormonales y las insuficiencias del tejido mamario pueden ocasionar que las madres no produzcan la cantidad necesaria de leche para alimentar a su bebé.

Para solucionarlo, madre debe tener mucho contacto piel a piel durante la lactancia, para estimular la producción de oxitocina y equilibrar la secreción de leche. Tambíen se pueden usar extractores de leche para obtener suficiente líquido y tener un suministro constante.

  • Pérdida de leche: Posiblemente en las primeras semanas, las madres experimenten pérdida de leche en los momentos en que no están amamantando a su bebé.

Para solucionarlo, las madres pueden usar discos absorbentes (desechables o lavables); estos se colocan dentro del sostén y se mantienen puestos durante el día para retener el exceso de leche.

  • Dolor y sensibilidad en los pechos: La succión de los bebés durante su alimentación, ocasiona dolor en los pezones, que debe tratarse a tiempo, ya que pueden grietas que aumentan el dolor y dificultan la lactancia.

Para calmar el dolor y sensibilidad, los pezones se deben limpiar suavemente con algodones humedecidos en agua después de las tomas del bebé. Luego, se secan al aire o con una toallita muy limpia y suave. La humedad causa infecciones, así que hay que evitarla a toda costa. 

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