La economía mexicana registró el mayor crecimiento anual durante el primer trimestre, sorprendiendo a la mayoría de los economistas, gracias a la fortaleza de las remesas, que avivaron el consumo interno, y al repunte de las exportaciones para satisfacer la fuerte demanda estadounidense.
La aceleración del crecimiento de la economía da cierta tregua a los economistas que han pronosticado que el país se encamina a una contracción a finales de año, debido a la desaceleración prevista en EE.UU., el mayor socio comercial de México. Parte de la sorpresa es el impulso del mercado interior, que ha contribuido especialmente a la reactivación del sector servicios, después de que se desplomara anteriormente durante la pandemia.