La Ley de Murphy es una regla popular que afirma que si algo puede salir mal, seguramente saldrá mal. Aunque esta ley se utiliza con frecuencia en situaciones cotidianas, pocos conocen su origen.

La ley de Murphy fue nombrada en honor al ingeniero aeroespacial Edward A. Murphy Jr. durante la década de 1940. Murphy estaba trabajando en un proyecto para la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, donde estaba evaluando los efectos de la gravedad en el cuerpo humano.

Durante una prueba en la que se instalaron 16 sensores en el cuerpo de un piloto, Murphy notó que todos los sensores estaban instalados incorrectamente. Cuando Murphy se acercó al técnico responsable de la instalación, este respondió con una frase que se ha convertido en la base de la Ley de Murphy: “Si hay dos o más maneras de hacer algo, y una de esas maneras puede resultar en un desastre, entonces alguien lo hará de esa manera”.

A pesar de que el proyecto de Murphy siguió adelante, la ley que lleva su nombre se extendió rápidamente a otros campos y situaciones. Hoy en día, la Ley de Murphy se utiliza en todo el mundo como una forma de explicar las cosas que van mal, incluso en situaciones aparentemente inofensivas.