En 2021, una Rhaphidophora tetrasperma blanca se subastó por unos 19,200 dólares en Nueva Zelanda.
Incluso las plantas más comunes han subido de precio al aumentar la demanda.
Las plantas de interior ganaron popularidad en medio de la pandemia, ya que la gente atrapada en el interior anhelaba la naturaleza y nuevos pasatiempos. En 2020, las ventas de follaje en macetas aumentaron un 23%, según Business Insider, y en 2021, la industria del cultivo de plantas tenía un valor de 16,000 millones de dólares.
¿Por qué las plantas tienen tanto poder de permanencia? Algunos dicen que es porque somos tristes.
A los padres más jóvenes -que no pueden ser propietarios de una vivienda- les encantan las plantas de interior porque no pueden tener jardines.
Un ensayo publicado en The Atlantic indicaba que coleccionar plantas era una manifestación de tristeza ecológica por una planta moribunda. Otro en The Independent lo achacaba a la inestabilidad profesional y al retraso de la paternidad.