No es raro que los ganadores de lotería tarden en reclamar sus premios.

Al fin y al cabo, la sabiduría convencional sugiere elaborar estrategias con planificadores financieros y abogados antes de cobrar una fortuna que les cambiará la vida.

Pero hay una fecha límite para canjear un boleto premiado, y es realmente increíble la frecuencia con que pasan esas fechas sin que nadie se presente.

Se calcula que en EE.UU. quedan sin cobrar 2,000 millones de dólares al año en premios.

Los ejecutivos de la lotería dicen que la mayoría de los premios no se reclaman porque:

Los boletos se pierden.

Los resultados se leen mal.

Los ganadores se olvidan de comprobar los resultados o de haber comprado el billete.

El mes pasado, un hombre de Missouri avanzó en la narrativa de “no darse cuenta de que ha ganado”, al quedarse con un boleto de Powerball de 1 millón de dólares tres meses enteros después de que se sortearan sus números.