El polémico cantante Cristian Castro, hijo de las personalidades del ambiente artístico mexicano, el desaparecido Manuel “El Loco” Valdés y Verónica Castro, ofreció el pasado 21 de mayo un concierto en la Movistar Arena, en Chile, en donde provocó el aplauso y el reconocimiento del público por su talento, pero a la vez, sorprendió a los presentes por el cambio de imagen que presentó que, aunque ya en anteriores ocasiones ha dado de qué hablar por sus atrevidos colores de cabello, esta vez nadie se lo esperaba.

El conocido cantante que actualmente radica en el Cono Sur, apareció en esta ocasión ataviado con un elegante smoking, combinado con cabellera color naranja, lo cual dejó boquiabierta a la concurrencia.

Como parte de su gira “The Hits”, el músico de 48 años de edad dio de qué hablar en redes sociales. Muchos se preguntaron si los genes lo traicionaron y que, al igual que su padre, disfruta hacer locuras y sorprender a su público en sus presentaciones. Porque la mayoría de sus fans no aprueban este tipo de actitudes, ya que su línea no es la comicidad.

Algunos recordarán que el Loco Valdés, su padre, incluso vivió situaciones como la que le dio fama en el Viaducto Tlalpan de la ciudad de México, en los años 70, una vía que en alguna ocasión se colapsó y provocó que los autos se detuvieran por varios minutos, fue entonces que el Loco Valdés tocaba la bocina del auto insistentemente, hasta que el automovilista del frente sacó la mano por la ventana y le hizo una seña como diciendo “bríncale”, inmediatamente el Loco se bajó del auto y entre risas y carcajadas y “gateando”, se subió por el coche del frente desde su parte trasera y lo recorrió hasta que llegó a la parte frontal, ante la atónita mirada del conductor. Así se las gastaba el Loco, quien realmente era el Loco Valdés en todos lados, no sólo en el escenario.

Cristian Castro parece emular a su padre, pero para cantar no hacen falta esas actitudes, dicen sus seguidores. En fin, cada loco con su tema, como dice el refrán; y este loquito canta tan bien, que por eso todo se le perdona, ¿será?