La tradición de que la mujer camine del lado de la pared cuando está junto a su pareja ha sido debatida y discutida a lo largo de los años. Algunos argumentan que es una forma de protección y caballerosidad hacia la mujer, mientras que otros sostienen que es una tradición obsoleta que perpetúa roles de género desactualizados.
Aunque el debate es válido, es importante considerar el contexto histórico en el que esta tradición se originó. En el pasado, caminar del lado de la pared se consideraba una forma de proteger a la mujer de los peligros de la calle, como salpicaduras de agua o excrementos de caballo. En aquel entonces, las calles no estaban tan limpias y los hombres asumían el papel de protector.
Sin embargo, en la sociedad actual, las calles están mucho más limpias y los peligros son diferentes. Además, las mujeres han demostrado su capacidad de cuidarse a sí mismas y no necesitan depender exclusivamente de un hombre para su seguridad. La igualdad de género implica tratar a las mujeres como individuos autónomos y capaces.