Dicen que lo que no fue en tu año no fue en tu daño.
Sin embargo, Rubén Blades, el cantautor, actor, político y activista panameño asentado en Nueva York, que junto a Willie Colón contribuyó al boom de la salsa desde hace 4 décadas, se pregunta qué hubiera sucedido si hubiera tenido a la mano las herramientas a las que hoy los músicos tienen acceso.
“Hasta los Beatles se hubiesen aprovechado de esas herramientas”, afirma el poeta panameño de la salsa en una entrevista con motivo de su próxima participación en el Cook Music Festival de Tenerife (Islas Canarias).
Sin embargo, como los propios expertos en tecnología, percibe cierto peligro en esta área: “Lo que sí creo es que con cada generación se va perdiendo la capacidad de la imaginación en la medida en que aumenta la capacidad de la tecnología, cada generación al final es la que va a determinar qué es lo que quiere y cómo se quiere expresar. Y yo en eso no me meto”.
En cualquier caso, indica que se sigue haciendo buena música latina con contenido social, como la que realiza “un fuera de serie” como René Pérez, Residente, que en su opinión ha ejercido una gran influencia en Bad Bunny en temas como El apagón.
“Si Bad Bunny no hubiese sido conocido por sus canciones hedonistas, no hubiera podido concienciar a tanta gente que no está envuelta en política con canciones como ‘El apagón’”, insiste Blades. Aun así, opina que “no toda la música tiene que ser de escape” y asegura que sigue habiendo espacio “para el argumento político, solidario y social”.
Tras más de dos tercios de su vida sobre el escenario, sigue tocando en directo porque “me divierto mucho. No estoy en Panamá a tiempo completo, pero cuando estoy con la banda siento que estoy allí, en el barrio, con mis amigos”, y es un reencuentro con el público, “que cada vez es diferente”, dice.
“Cada audiencia nueva me hace reivindicar, a través de su reacción, que fue una buena decisión terminar siendo músico en vez de abogado”, dice Blades, que es graduado en Derecho por la Universidad de Harvard (EE. UU.).
Y aprovechó pata tirar un dardo político: “También es bueno, sabiendo lo corrupta que es la clase política, que haya panameños que trabajen y se ganen su sustento sin necesidad de robárselo al pueblo”.