El presidente Andrés Manuel López Obrador se ha convertido en el mandatario mexicano que más “jugo” le ha sacado a la plaza más importante e histórica del país, el Zócalo capitalino, pues ha encontrado en los conciertos masivos una manera de tener “contentos” a los habitantes de la ciudad más grande de suelo azteca donde además hasta hace unos días gobernaba quien para muchos será su “sucesora”, la ex jefa de gobierno Claudia Sheinbaum. 

Diversas notas no dejaron pasar desapercibido el hecho de que en su momento cuando el Presidente buscaba apoyo para sus causas y organizaba marchas, estas no lograban el poder de convocatoria que sí conseguían artistas como Grupo Firme y de ahí se han dado distintas presentaciones pero al parecer por ahora ¡Nata y Peso Pluma no están en dichos planes!

Aunque podría cambiar de opinión, y aunque en realidad no dijo con todas sus letras que se refiriera a los “corridos tumbados”, sí describió el tipo de canciones con las que está en total desacuerdo y su postura fue contundente: ¡Nada de Música buena ondita! y es que por primera vez de manera pública, López Obrador puso sobre la mesa lo que es más preocupante de este “fenómeno musical” y es que se han convertido en modelos aspiracionales el consumo de drogas, el estilo de vida de “la mafia” y más, lo que sin duda afecta de manera contundente a la lucha contra el crimen organizado que no sólo cobra cientos de vidas por semana sino que también recrudece la crisis económica. 

En la famosa “mañanera”, el primer mandatario fijó su pensamiento: “A lo mejor lo que voy a decir no le va a gustar a los jóvenes o a los cantautores pero no me importa, no nos vamos a quedar callados cuando dicen que son buenas las tachas, que tienen un arma calibre 50 y que sus ídolos son los narcotraficantes más famosos, no debemos enaltecer ni las drogas ni la violencia, y además una canción dice ¡traigo una camioneta Mercedes Benz! como si lo material fuera lo más importante, la ropa de marca, las residencias, las alhajas, la prepotencia o el poder, nada de música ni avanzada ni rebelde, eso no es la felicidad”. 

Desde luego que esto ha provocado innumerables reacciones, pero ha sido aplaudido por muchos padres de familia, mentores de escuelas y religiosos y para quienes consideran que la música es uno de los vehículos más fuertes para difundir un mensaje.  

Por el momento ninguno de los chicos de los denominados “tumbados” o “bélicos” se ha manifestado y será difícil pensar que lo hagan de manera frontal contra el primer mandatario, pero lo que es un hecho es que sería una gran contradicción apelar a su fama para lograr convocatorias en eventos políticos, pero todo puede pasar y más con las elecciones venideras.