Las afirmaciones dudosas en el marketing de productos están por todas partes. No caiga en ellas.

No hay tienda de comestibles o farmacia en la que no aparezcan llamativas etiquetas que promueven beneficios para la salud. En el pasillo de las bebidas, por ejemplo, puede encontrar refrescos “probióticos” que supuestamente favorecen la “salud intestinal”. En el departamento de belleza, verá sueros de “grado médico”, cremas faciales “probióticas” y tratamientos “desintoxicantes de la piel”. En la sección de suplementos encontrará promesas de “apoyo inmunitario”, “equilibrio hormonal” y “aumento de la energía”, entre otras.

Los vendedores llevan siglos utilizando palabras de moda que suenan a ciencia para vender productos.

Los compradores dan prioridad a las pruebas científicas, pero no siempre pueden separar la realidad de la ficción: Un estudio de 2021 sugirió que las personas que confían en la ciencia eran más propensas a compartir afirmaciones falsas que contenían referencias científicas que las que no las contenían.