En entrevista para Esquire Latinoamérica, la periodista Almudena Barragán entrevistó al ex RBD Alfonso Herrera, quien habló de algunos temas de su vida profesional al llegar a sus 40 años.
Uno de ellos fue su experiencia en la película “¡Que Viva México!”, la cual recibió críticas poco halagadoras:
“Pues ha sido una experiencia interesantísima, porque Luis (Estrada) nunca deja títere con cabeza y sus películas jamás pasan inadvertidas. Para mí, fue muy interesante ver la reacción del público y lo que generó en ciertas esferas políticas y de la cultura. Trabajar con él fue un honor. Me gusta como director, me gusta cómo lleva el set y es uno de los directores de la vieja escuela… bueno, no pongas “vieja escuela” que me va a matar (risas).
A la pregunta de cuáles otros proyectos le gustaría comprometerse, el actor de 40 años, señaló: “Me gustaría mucho continuar con el podcast que hice de Batman o por lo menos encontrar una historia que sea lo suficientemente interesante para explorar la voz. Y me encantaría regresar al teatro, aunque de momento no hay ningún proyecto a la vista”.
De no haber sido actor ¿qué hubieras hecho con tu vida?: “Después de terminar la escuela en Guadalajara, me fui a vivir a la Ciudad de México para después irme a estudiar a San Antonio, Texas, a una escuela de aviación y me gustaba la carrera de piloto comercial. Pero se atravesó lo de la interpretación y ya no sucedió lo de ser piloto”.
Alfonso gusta del fútbol. Como aficionado ¿qué sucede en la Liga mexicana?: “Me fascina el fútbol. Le voy al Barcelona, al Manchester y de México, a Los Pumas. Yo culpo a mi padre, porque él me llevaba de niño a ver los partidos de Pumas a CU y sí se sufre mucho. Creo que los problemas del fútbol mexicano tienen que ver con generar un balance entre crear cantera y hacer negocio (…) la Liga mexicana es bastante bien pagada, pero –a veces– se paga tan bien que muchos jugadores prefieren quedarse en la banca. La MLS (Major League Soccer en EE.UU.) se empieza a convertir en un espacio más interesante para jugar”.
¿Y el cine? “La situación es compleja por la coyuntura en la que nos encontramos. También por un adormecimiento después de la pandemia, poco a poco la gente está volviendo a ir a las salas de cine. Lo que le hace falta a la industria es apoyo y esperemos que ocurra pronto”.
¿Cómo sobrellevas la imagen de galán de cine mezclada con la imagen de hombre moderno?: “Lo primero es que no me percibo como un galán. Me percibo como alguien que trabaja y he aprendido a verlo de esa forma porque, si no, se pierde un poco la brújula. Hace muchos años que me pude haber quedado solo en la forma, en el físico, pero eso tiene una temporalidad y, probablemente, mi carrera hubiera durado 12 años. Después, seguro llegaba un chico más joven, con otra forma diferente, y mi carrera hubiera llegado a su fin. Sería absurdo enfocarme solamente en la forma. Yo quiero trabajar en esto el resto de mi vida”.
El otro día me lo recordaba mi papá, que tiene 75 años y el número te hace valorar que no estás tan joven, pienso en seguir trabajando y me gusta sentir el paso del tiempo, porque los papeles se vuelven más ricos, más complejos. Pero sí me hace pensar en la energía que voy a tener para seguir jugando con mis hijos, para saltar en el brincolín y hacer todo lo que ellos quieran. También lo asocio con cuidar mi salud y tratar de sentirme bien, porque –por ejemplo– una cruda ahorita ya no te dura un día, dura tres”.
¿Qué consejo de vida les darías a tus hijos?
“Que sean felices, que hagan lo que les guste, que no pierdan el tiempo pensando en el pasado y que se quieran, que se respeten. Cuando uno está bien, las cosas salen bien. Cuando uno se siente contento con lo que hace, las cosas salen bien”.