Los meteorólogos anticipan un invierno cálido después de un verano marcado por incendios forestales y sequías. Este fenómeno, conocido como el “invierno de El Niño”, es una parte de la Oscilación del Sur de El Niño (ENSO).
Este patrón climático trae consigo temperaturas más suaves, especialmente en los estados del norte y partes del sur. La razón principal es el aumento de la temperatura del agua en el ecuador del Mar Pacífico.
Comprender las implicaciones del invierno de El Niño es crucial para preparar a las comunidades. Además de un clima más cálido, trae otros efectos notables. Las nevadas disminuyen en el norte, y la probabilidad de lluvias aumenta, particularmente en el sur de los Estados Unidos, incluyendo la costa del Golfo y el sureste. Esto puede reponer las reservas de agua agotadas en verano, pero también conlleva riesgos de inundaciones en áreas con sistemas de drenaje deficientes.
La costa oeste experimenta diversos efectos: más lluvias en el sur de California pueden aliviar sequías, pero el noroeste del Pacífico puede enfrentar condiciones más secas y suaves, afectando el suministro de agua y los ecosistemas.