Las ejecuciones por medio de la inyección letal, se realiza por medio de tres sustancias en cantidades mortales: tiopental sódico, bromuro de pancuronio y cloruro de potasio, las cuales se suministran por vía intravenosa junto a un quimico paralizante.
El triopnetal sódico hace que las personas pierdan el conocimiento, el bromuro de pancuronio impide que funcionen los pulmones y el cloruro de potasio provoca un ataque cardiaco fulminante.
Se tiene la creencia que la inyección letal da una muerte rápida y sin dolor, sin embargo, un estudio realizado por la Universidad de Miami rechaza esta afirmación.
Los expertos aseguran que, en algunos casos, causa una muerte por asfixia, por lo que, durante el proceso, la persona se encentra consciente de su fallecimiento.
En algunos Estados como Texas y Ohio, dicha inyección se ha practicado en algunos presos, sin embargo, hay personas que consideran que es un acto abominable y que simplemente se debería dar cadena perpetua.