Desde niños nos inculcan que debemos amar y respetar a toda nuestra familia. Aunque es cierto que los lazos familiares son eternos, no necesariamente tienes que estar siempre presente en su vida y amarlos y perdonarles cuando te han lastimado, porque el respeto y el amor se ganan.
Desafortunadamente, algunas veces se presentan situaciones que no obedecen a la idea que se tiene sobre la familia y dentro de esta hay personas tóxicas y nos pueden hacer mucho daño.
La teoría de que la familia es la familia y no hay más opción que soportarla no se puede aceptar cuando un miembro de ella te hace daño físico o emocional. En este caso, estás en todo tu derecho de alejarte si así lo deseas y sin sentir remordimiento. Los expertos llaman a esto un núcleo familiar tóxico.
“Cuando hay una dinámica entre los miembros que daña las relaciones significativas: no hay comunicación; no hay demostraciones de afecto, pero sí de hostilidad, peleas, comentarios que menosprecian a otros miembros de la familia, que causan estrés constante”
Pero ¿cómo te alejas de un familiar tóxico?
- Nunca dependas de la aprobación de tu familia.
- Nunca intentes cambiar a la persona tóxica.
- Acepta que nunca modificará su conducta si no lo desea.
- Trata de poner cierta distancia, ya que al hacerlo podrías recuperar el control de tu vida.
- No respondas al conflicto, ya que así lo alimentas.