Sufrir una separación, divorcio o ruptura en una relación de pareja, implica muchos aspectos, tanto jurídicos como personales y sociales. Esto afecto no solamente a los miembros de la pareja sino también a los hijos, especialmente si son menores.
Por esta razón, el juez de Familia José Luis Utrera y la psicóloga familiar María Mercedes Peña, elaboraron una guía para llevar un buen divorcio, donde aportan reflexiones útiles para superar la ruptura matrimonial de la manera menos perjudicial para los hijos.
1. De común acuerdo, todos ganan. Cuando en una ruptura no hay acuerdo, la ruptura se convierte en un montón de críticas y tensiones entre la pareja y los demás miembros de la familia, porque se basan en encontrar un culpable. En cambio, cuando hay mutua acuerdo, se favorece el diálogo y se crea un clima más favorable para los hijos.
2. Los que se separan son los padres, no los hijos. La separación y el divorcio conlleva a la desaparición del vínculo entre los adultos, y se crea otro tipo de relación entre madre-hijos y padre-hijos. Es muy importante que los hijos conserven una buena relación con ambos padres.
3. No utilizar a los hijos. Por muy difícil que haya sido la separación, se debe dar prioridad al bienestar de los hijos, no los incluya en el conflicto y no canalice su rabia a través de ellos.