Una mujer australiana, quien pagó más de mil dólares por su vestido de novia, ha decido sacarle el mejor provecho usándolo en toda ocasión.
Tammy Hall, de 43 años, vive un estilo de vida anti-consumismo desde el 2016, por lo que no compra ropa o calzado nuevo durante todo un año, lo cual asegura que no fue tan difícil, sin embargo, el año pasado cuando se iba a casar, se enfrentó a un duro dilema, pues quería verse bien para el día más esperado de su vida.
“Al final decidí que, si compraba un vestido de novia, me aseguraría de usarlo varias veces”, dijo Tammy. “Lo he usado para hacer cosas como jugar baloncesto, ir de pesca e incluso caminar por un cráter de lodo”.
“La primera vez que lo usé después de la boda fue para votar en las elecciones australianas a principios de 2019”, agregó. “Desde entonces, ha estado en todo tipo de lugares. Llevarlo en el tren lleno de gente fue especialmente divertido, pero lo he usado para cocinar y hacer las tareas domésticas, jugar al fútbol, en el gimnasio, e incluso para cortar leña”.
Tammy asegura que fue la única forma en la que pudo estar tranquila por comprar un vestido tan costoso.