Muchas mujeres embarazadas evitan comer pescado pues tienen la creencia que puede ser perjudicial para el bebé, sin embargo, un reciente estudio de la Universidad de Granada ha descubierto que hacerlo puede mejorar la capacidad intelectual del bebé que está en camino.
Para llegar a esta conclusión, analizaron los ácidos grasos omega-3 y omega-6 de muestras de sangre de 2 mil mujeres a las 20 semanas de embarazo y también del cordón umbilical de sus hijos en el momento de nacer.
Con los resultados encontraron que la cantidad de DHA, sustancia que ayuda a crear membranas celulares del cerebro, era mucho mayores en las madres que se sometieron a una dieta rica en pescados.
Finalmente, recomendaron a las embarazadas consumir de manera moderada atún blanco, salmón y sardinas, pues son los más beneficiosos y menos dañinos para el desarrollo del bebé.