Actualmente, cada vez que vemos que alguien estornuda tenemos la costumbre de decir salud, pero, ¿De dónde viene esta costumbre?

Las personas empezaron a exclamar salud cerca del año 590, cuando la peste empezó a acechar a Europa. En ese entonces, el papa Gregorio Magno ordenó combatir la enfermedad a través de procesiones y plegarias constantes.

El sabio consejo del papa, lejos de ser un método medicinal, se basaba en que cada persona que estornudaba debía recibir inmediatamente la exclamación de salud, que era una forma de orar por su bienestar y evitar que la enfermedad se desarrollara.

Aun en el siglo XXI, sin importar el idioma, existe una expresión para desearle salud a las personas que estornudan.