Diez años es mucho tiempo… aparentemente. Pero dentro del espectáculo grandes estrellas se han encargado de dejar su huella, más por sus acciones fuera del escenario, que dentro de él.

En 2009 Alejandra Guzmán fue tendencia no por sus conciertos, sino por haber contraído una fuerte infección en la espalda (baja) tras someterse a un aumento de glúteos con la cosmetóloga Valentina de Albornoz, quien le inyectó metal metacrilato entre la subdermis y el músculo. Se salvó de milagro.

En enero de 2011, Kalimba fue acusado de abuso sexual a una menor, Daiana Guzmán. Estuvo preso algunas horas, pero el cantante quedó en libertad por falta de pruebas y falsedad en la declaración de la joven. Mala publicidad, ¿no?

2012 fue un año donde la muerte de ‘La Diva de la Banda’, Jenni Rivera, causó gran revuelo tras desplomarse el avión en el que viajaba. Todavía hoy se especula acerca de los motivos reales de la caída de la nave. Ahí había nacido una leyenda.

2013, Adamari López narra en su libro autobiográfico que, durante su lucha contra el cáncer, Luis Fonsi la terminó por teléfono. El divorcio entre los famosos se dio mientras la conductora enfrentaba una dura batalla contra el cáncer de seno. Vaya apoyo.

También en 2013, Aracely Arámbula interpuso una demanda contra Luis Miguel por la manutención de sus hijos, un hecho que hasta el día de hoy permanece en el escrutinio público, más que por falta de dinero, por falta de amor, a sus hijos, claro.

Pero hay muchos más, como el de Frida Sofía, que pocos la han oído cantar, pero eso sí, todos la han escuchado despotricar, berrear y acusar. Vaya fama…

Y por último, solo por decir uno más, el caso de Sarita Sosa. Ni más qué agregar, lo que sí es cierto es que, si organizara un concierto en México ahora, sería un enorme fracaso…