¡Vaya manera de recibir el año ara José Manuel Figueroa!
Dejó de lado el glamour, las cenas elegantes y las doce uvas para chambear, pero jamás imaginó que los primeros minutos del 2020 estaría ¡al filo del peligro! y es que la pasión heredada por su famoso padre hacia los caballos, le volvió a cobrar factura con un tremendo susto.
Todo sucedió de forma inesperada, se estaba llevando a cabo el show de jaripeo en una plaza en el Estado de México, México, cuando tras el estallido de los fuegos artificiales que eran muy cercanos al caballo dio un giro intempestivo provocando la caída del heredero de los Figueroa, sin embargo, el propio José Manuel dijo que esta no fue la causa: “Algunas personas han responsabilizado a la pirotecnia y no, yo tengo a los caballos preparados para eso y saben qué hacer con la pirotecnia. Honestamente, yo no trabajé mucho con ellos antes del espectáculo, por lo que estaban tiesos, a la hora de entrar al redondel y francamente por el desgaste de la montura, se rompió la montura, evidentemente siempre se les da mantenimiento, porque el caballo suda y ese sudor es corrosivo para la piel de la silla”.
Y en sus redes sociales compartió algunos videos en donde se capta el momento exacto del accidente y explicó brevemente lo sucedido:
“No cae el que no se sube, desgraciadamente se reventó la montura, nada más que hacer, levantarse, sacudirse y entregar el corazón al público, como me el viejo, Accidente en Texcaltitlán Estado de México, 1 de enero. Lo bueno es que mi caballo el Garde,l me hizo caso y se tranquilizó al escucharme, ahí vuelo a comprobar que los animales aprenden con cariño, no con golpes. Te amo Gardel, gracias por cuidarme”
También destacó que esto pudo haber pasado a mayores pues si no se levantaba rápido el caballo lo hubiera pisado, pero un buen jinete sabe sortear estas situaciones, eso sí, como un profesional el cantautor siguió con el espectáculo y la gente se fue contenta y agradecida. Además, fue aplaudido su mensaje en el que aprovecha para promover el no maltrato animal.
