Diego, de 30 años, cuenta cómo en un viaje a México se dio cuenta que estaba contagiado de coronavirus, pero al mismo tiempo cómo los controles en ese país son muy pocos.
El hombre cuenta que ha estado viviendo en Estados Unidos desde hace seis meses, pero que, por cuestiones del virus, decidió viajar a México donde su familia.
Diego dijo que los protocolos de seguridad en los aeropuertos de Estados Unidos fueron mucho más rigurosos que en los de México. Asegura que en el último no le tomaron la temperatura ni le hicieron preguntas médicas a los pasajeros que venían de países altamente contagiados.
“Todo sigue funcionando normal, como si no pasara nada al respecto” dice Diego.
También asegura que la mayoría de los pasajeros que viajaban a México estaban sin tapabocas y que el aeropuerto no estaba tan lleno como siempre.
Diego cuenta que cuando llegó a México tomó un Uber a casa y esa misma noche se fue de fiesta con sus amigos. También informa que al siguiente día, se levantó con un poco de dolor de garganta, sin embargo, le echo la culpa a la contaminación.
2 días después, empezó a tener problemas para respirar y fiebre, por lo que fue al hospital el día siguiente, en el que se llevó una sorpresa cuándo los doctores le dijeron que todavía no tenía todos los síntomas y que lo más probable es que no tuviera nada, sin embargo, le ofrecieron hacerse la prueba que costaba alrededor de 7 mil a 9 mil pesos mexicanos (300 – 380 dólares), a lo que Diego se negó por su alto costo.
Entonces empezó a mirar otras alternativas y encontró que en un hospital público tendría la posibilidad de hacerse una prueba gratis, eso sí, cumpliendo con varias condiciones.
En el hospital había pocas personas y le pidieron a Diego utilizar tapabocas, lavarse las manos y usar guantes. Diligenció todo el cuestionario de protocolo y le hicieron una tomografía, donde se le examinó los pulmones y se dieron cuenta que tenía una neumonía leve, por lo que decidieron hacerle la prueba de Covid-19.
Diego cuenta que la prueba consistía en insertar dos hisopos, uno en la garganta y uno en la nariz. Los resultados de la prueba salieron en alrededor de 8 horas.
Después de haber dado positivo, fue internado en el hospital y se le preguntó con qué personas había tenido contagio, que probablemente se había contagiado en los Estados Unidos y que su condición no se veía mal, sin embargo, tenía que tomar todas las medidas de precaución.
Diego asegura que el coronavirus se siente como una gripe muy fuerte y que el problema más grande que sintió fueron las dificultades respiratorias. “Los pulmones estaban llenos de mocos” dijo.
Por último, enfatizó que considera que en México no se han dado cuenta de la gravedad del problema, el proceso para hacerse una prueba es complicado debido a que los hospitales privados cobran altas sumas de dinero y los hospitales públicos tienen muchas restricciones.
Un vecino así de descuidado, es muy peligroso por su capacidad de contagio a los demás.