La manera más eficaz de calmar el llanto de un bebé, es cargándolo.
Esto se comprobó en un estudio publicado en la revista Current Biology, en la que se explica que se trata de un fenómeno que ocurre en todos los mamíferos, desde los ratones hasta los seres humanos.
«los brazos de la madre son el lugar más seguro donde un bebé puede estar». Dice Kumi Kuroda.
Se ha demostrado que evolutivamente los mamíferos hemos logrado aprender que cuando una madre lleva a cuestas en los primeros meses de vida a su cría, las probabilidades de sobrevivir se incrementan.
Kuroda también ha demostrado que cuando un bebé está llorando y un adulto lo carga en sus brazos, deja de agitarse, se relajan sus músculos y su ritmo cardíaco disminuye. Esto no solo ocurre en los humanos, ya que se hicieron pruebas en ratones y se observó que cuando una madre agarra suavemente de la espalda de la cría para moverlo de un lado a otro, la pequeña cría cesa el llanto (emitido en ultrasonidos) y su corazón late más despacio.