Incluso después de tres años en los que el presidente Donald Trump, ha destrozado el decoro de su oficina, su falta de voluntad para proporcionar un liderazgo unificador todavía tiene el poder de sorprender.
En una rueda de prensa, Trump pasó su tiempo tratando constantemente de reparar su propia imagen disfrazando su respuesta tardía y defectuosa a la emergencia.
“No tenía que ser así”, señaló.
A pesar de las críticas a la administración, ninguna Casa Blanca, republicana o demócrata, nadie podría haber predicho esta crisis dada la magnitud de la agitación política y económica que ha afectado al país.
Sin embargo, su negativa a aceptar cualquier responsabilidad, plantea preguntas sobre lo que él piensa que es en realidad la presidencia, un trabajo de último recurso para resolver problemas donde se detiene el dinero.
Por otro lado, Trump insistió después de su búsqueda de crédito personal: “No se trata de mí. Nada se trata de mí”.
Esto ocurrió el día en que las muertes de Estados Unidos por la pandemia superaron las 40,000, aunque Trump afirmó que había salvado un millón de vidas a través de su liderazgo, a pesar de tomar varios meses para reconocer la magnitud del desastre que se desarrolla.