Un camión de mudanzas llegó al apartamento de Rebecca Stevens-Walter en Nueva York esta semana.

A mediados de marzo, la pastora de 39 años voló a Nuevo México con su marido y dos hijos. Se fueron tan repentinamente que apenas tuvieron tiempo de prepararse para el viaje.

“Huimos”, dice. “Nuestro apartamento parecía como si el rapto hubiera llegado. … …y definitivamente tuvimos la conversación, ‘¿Qué pasa si no volvemos?'”

Las calles de la ciudad que ella ama, y de muchas ciudades importantes de los EE.UU., están inolvidablemente vacías ya que la pandemia dejó la mayor parte del país bloqueada.

Es una escalofriante señal de los tiempos que vivimos y que trae a la mente una pregunta: Después de que la pandemia pase, ¿algunas personas elegirán dejar atrás la vida de la gran ciudad?

Esa tendencia ya estaba empezando a surgir en algunas partes del país, incluso antes de que el coronavirus llegase.

Ahora la pandemia está cambiando la forma en que hablamos de la vida en las grandes ciudades. Y algunos expertos dicen que podría cambiar quién opta por vivir en ellas.

Stevens-Walter dice que su familia planea regresar a Nueva York. Pero otros que recientemente dejaron la ciudad dijeron que no están tan seguros.

“Es difícil pensar en vivir en Nueva York cuando no tenemos nuestra existencia y nuestras carreras allí”, dice Ashley Arcement, una bailarina, cantante y actriz que se dirigió a la casa de una amiga en Florida con su novio, un pianista, después de que Broadway cerrase en marzo.

“Antes de esto”, dice Arcement, “no éramos el tipo de personas que querían vivir fuera de la ciudad y viajar a diario. … Ahora es como, ¿alguna vez será lo mismo?”