En respuesta a la pandemia de coronavirus, Nueva Jersey ha comenzado a expedir licencias temporales de emergencia a médicos autorizados en otros países. El gobernador demócrata Phil Murphy llamó a la nueva política “totalmente adecuada” para el estado, que tiene la segunda mayor cantidad de casos de COVID-19 y la segunda mayor cantidad de muertes después de Nueva York.

Es un movimiento inteligente.

Los Estados Unidos sufrían de una escasez de médicos mucho antes de que el coronavirus llegara a nuestras costas. La pandemia ha hecho que esa escasez sea aún más evidente. Ahora mismo, necesitamos todos los médicos cualificados que podamos encontrar, y esa necesidad no desaparecerá cuando la pandemia termine.

Las regulaciones estatales y federales hacen difícil que los médicos con licencia en países extranjeros practiquen la medicina en los Estados Unidos. Los médicos de otros países, con la excepción de Canadá, deben pasar el examen de licencia médica de los Estados Unidos. Es justo.

Pero también deben completar una residencia de tres a siete años, incluso si ya se han entrenado y practicado en sus países de origen.

Estas regulaciones obligan incluso a los médicos extranjeros más cualificados a rehacer su formación médica si quieren ejercer en los Estados Unidos. Eso lleva tiempo y es caro. Muchos de ellos toman otros trabajos para los cuales están supremamente sobrecalificados.

Las historias son sorprendentes. Un médico de cabecera macedonio se convirtió en enfermero en Boston. Un consumado anestesiólogo de Sri Lanka enseñó cursos de preparación de pruebas médicas en Nueva Jersey. Otros médicos trabajan como camareros o taxistas mientras intentan obtener una licencia médica estadounidense.

Nuestro país no puede permitirse el lujo de rechazar a médicos con talento. Los Estados Unidos necesitarán 122.000 médicos adicionales para satisfacer la demanda de los pacientes para el año 2032, según la Asociación de Colegios Médicos Americanos.