Después de casi dos meses de ver a su equipo sólo en el Zoom o en el Facetime, Bob Bradley regresó el jueves al centro de entrenamiento de la LAFC, donde pudo ver a muchos de sus jugadores entrenar en persona.
Fue un primer paso importante para alejarse del cierre inducido por el coronavirus que suspendió la temporada de la MLS el 12 de marzo. Pero, agregó Bradley, no se sentía como algo normal.
“No, en realidad no”, dijo. “Es genial ver a los chicos. Todos los jugadores están emocionados por volver al campo, ponerse las zapatillas de fútbol, recibir algunos toques, ponerse en forma”.
“Es un comienzo. Pero todavía falta mucho para el juego”.