Los fumadores tienen un 85 % más de probabilidades de desarrollar cáncer de pulmón que los no fumadores. En España, en el 2012 fallecieron más de 15 mil personas por causa del tabaquismo.
Dejar de fumar aumenta la expectativa de vida y desde el primer día de dejarlo se reducen los niveles de monóxido de carbono de los pulmones.
Cuando se deja de fumar, los pulmones reciben más oxígeno, el olfato mejora, el sabor de los alimentos se aprecia mucho más ya que las papilas gustativas se vuelven más sensibles y detectan el sabor dulce y salado, que un fumador no puede hacer.
Los cambios en el tiempo al dejar de fumar son:
A LOS 3 DÍAS
La nicotina y la cotinina desaparecen del cuerpo, se comienza a expulsar el alquitrán, que es un compuesto muy fuerte presente en los cigarrillos y que es uno de los más difíciles de erradicar ya que se encapsula en los pulmones por muchos años. El alquitrán es una de las sustancias que provocan cáncer y la nicotina es la causante de problemas cardiovasculares.
A LAS 3 SEMANAS
El cuerpo se recupera y empieza a tener una nueva conducta; las ganas de fumar no desaparecen tan rápidamente, por lo que es posible que empiece a sufrir el síndrome de abstinencia.
El síndrome de abstinencia se puede manifestar con mal humar, ansiedad, y en esos momentos es fundamental tener la mayor fortaleza para no volver a caer en la adicción al tabaco. Es en esa etapa que muchos no lo soportan y reinciden.
A LOS 3 MESES
Ya se notan los cambios físicos. Los pulmones mejoran, no hay congestión nasal, fatiga y mejora la respiración.
La piel estará más hidratada, con mayor elasticidad y brillo.
