Una persona se somete a una muestra de sangre de un pinchazo en el dedo como parte de una prueba serológica rápida de anticuerpos para COVID-19 el 6 de mayo de 2020.

Un estudio recientemente realizado por los investigadores de la Universidad de Glasgow, encontró que los pacientes recuperados de COVID-19, podrían tener impactos duraderos en la salud.

De hecho, una persona puede perder en promedio unos 13 años de su vida, y una mujer 11 años, según el estudio.

Los investigadores aprovecharon los datos proporcionados por la Organización Mundial de la Salud y calcularon el tiempo promedio que una persona habría vivido si no hubiera muerto de un evento de salud como el diagnóstico de coronavirus.

Este estudio aún está pendiente de revisión, pues aún se desconoce si el nuevo coronavirus podría desencadenar condiciones de salud a largo plazo.