Algunos pueden tener dificultad para concentrarse en las tareas o no tener ganas de cumplir con sus obligaciones. Otros no quieren hacer ningún esfuerzo intelectual o físico, no quieren pensar en nada y ni siquiera les provoca hacer ningún movimiento.
Se preguntan ¿es flojera? Tal vez no lo es y lo que podrían tener es depresión o tristeza crónica.
El cansancio mental o el no tener ganas de hacer nada, puede tratarse de procrastinación, que se trata de posponer o aplazar tareas y deberes y responsabilidades para realizar otras que resultan más gratificantes pero que son irrelevantes.
Esta es una manera de evadir las responsabilidades, buscando un refugio o excusa para no enfrentar lo que es importante.
De acuerdo con la psicóloga Fuschia Sirosis, muchas personas se encierran en un círculo irracional de procrastinación crónica, porque son incapaces de manejar sus estados de ánimo negativos sobre una actividad que deben realizar.
El estado de ánimo influye mucho en la decisión de procrastinar o hacer las tareas pendientes, especialmente cuando se tiene una sensación negativa.
Cuando hay poco ánimo y los pensamientos son negativos, se proyectan como aburrimiento, ansiedad, frustración, inseguridad, tristeza crónica, resentimiento y depresión.
Por esto, es importante encontrar y realizar actividades que ayuden al bienestar de la persona, como leer o ver una película, pero sin distraerse de las responsabilidades, solo para encontrar ánimos para continuar con la rutina.