Se acerca el fin de semana del Memorial Day y con las playas de Maryland, Nueva Jersey y Delaware abriendo, el gobernador Tom Wolf cuestionó si era seguro volver al agua.

Al gobernador no le preocupaba que un gran tiburón blanco acechara en la costa. Le preocupaba el COVID-19 y que los playeros de Pensilvania trajeran el virus a casa junto con su caramelo de agua salada.

En su sesión informativa diaria del lunes, Wolf dijo que le preocupaba que la gente que fuera a la playa, sobre todo de la zona de Filadelfia, pudiera provocar un aumento de los casos de coronavirus en la ya muy afectada región sudeste del estado.