A medida que el mundo sale lentamente del encierro de Covid-19, estamos al borde de una nueva era en los viajes aéreos.
Pronto podríamos encontrarnos con ejércitos de limpiadores robóticos patrullando los pasillos de los aeropuertos, desinfectando los mostradores de facturación y los quioscos de billetes. Podríamos ver a los pasajeros pasar por los controles de seguridad y de equipaje sin tocar nada.
Y podríamos estar abordando un avión donde los gestos de las manos y los movimientos de los ojos abren los compartimentos superiores y navegan por nuestras pantallas de entretenimiento de vuelo.
Todo podría volverse libre de contacto. Salen uniformes en trajes de asistente de vuelo anti-Covid-19 al estilo de los astronautas.
La mayoría de estos conceptos son pruebas, pero pronto podrían convertirse en realidades tan ubicuas como las puertas biométricas y los escáneres corporales a los que ya estamos acostumbrados en las terminales de los aeropuertos.