En algún momento de la vida, una persona puede presentar una conducta riesgosa de consumo de sustancias de cualquier tipo como píldoras, comida, adicción al sexo, adicción a las compras, adicción al juego, al alcohol, entre otras, y que puede iniciar de manera inconsciente para controlar la ansiedad.
Desafortunadamente, en la actualidad debido a la pandemia de covid-19, el aislamiento físico, la pérdida de trabajo, la enfermedad, la muerte de seres queridos, la incertidumbre y el agotamiento son motivos suficientes para que los niveles de estrés y ansiedad sean muy altos.
En España, la venta de bebidas alcohólicas se incrementó en 93.4 % frente al mismo período del año 2019.
Los mismo ocurre en Estados Unidos, donde el incremento ha sido de 55 %.
Los llamados Zoom happy hours forman parte de la cotidianidad actual, así como la gran cantidad de publicaciones en Instagram de personas tomando una copa de vino.
La OMS hizo una advertencia sobre el exceso de consumo de alcohol:
“En momentos de bloqueo durante la pandemia de Covid-19, el consumo de alcohol puede exacerbar la vulnerabilidad de la salud, los comportamientos de riesgo, los problemas de salud mental y la violencia”, advierte el organismo, que llamó a los gobiernos a “aplicar medidas que limiten el consumo de alcohol”.
El Dr. Ibañez, psiquiatra especialista en adicciones aclara que “El beber alcohol es más riesgoso cuando se utiliza para modificar un estado emocional que, por ejemplo, cuando se bebe en una celebración o en alguna circunstancia social. Si es para modificar sentimientos de malestar, en si es más riesgoso”.
Se tiene claro que el estrés está relacionado con recaídas en personas con dependencia al alcohol. En el cerebro, explica Ibáñez, se activa el núcleo central de la amígdala que se conecta con la hipófisis, y de las glándulas suprarrenales liberan noradrenalina y corticoides. “En modelos animales de dependencia de alcohol una forma de hacerlos recaer es estresándolos”, explica. Y el alcohol actúa como un estimulante al dar un golpe de dopamina, que alivia la ansiedad y el estrés.
El Dr. Ibañez aclara que otra razón que podría influir en el mayor consumo es que al estar en casa es más factible sentirse con libertad de beber durante la semana, ya que se tiene que cumplir con menos formalidades y menos disciplina en el sentido laboral.